Oh Santísima Virgen María de San Juan. Señora mía al volver hacia ti nuestras miradas o al solo pronunciar tu nombre, el alma se llena de esperanza y la paz del Señor nos viene a consolar.
Acordaos oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oido que alguno que a ti se acogiese y pidiese socorro y protección haya salido desamparado.
Yo animado con tan dulce confianza acudo a ti, oh Virgen de las vírgenes, a ti acudo con temor y me postro en tu maravillosa presencia y espero me obtengas la gracia del Señor y me des tu Santísima Bendición.
Acordaos oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oido que alguno que a ti se acogiese y pidiese socorro y protección haya salido desamparado.
Yo animado con tan dulce confianza acudo a ti, oh Virgen de las vírgenes, a ti acudo con temor y me postro en tu maravillosa presencia y espero me obtengas la gracia del Señor y me des tu Santísima Bendición.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario